lunes, 6 de octubre de 2008

CARTEL DEL NORTE DEL VALLE


AMISTADES PELIGROSAS
Mientras las autoridades buscan esclarecer el crimen de Efraín Hernández aparece un documento que relaciona al único sobreviviente del atentado con 'El Alacrán'.

Fecha: 12/23/1996 -760

No termina de desenredarse el ovillo del asesinato de Efraín Hernández, 'Don Efra', ocurrido el pasado 7 de noviembre en el centro comercial Hacienda Santa Bárbara, al norte de Bogotá. Siguen apareciendo nuevos hilos que podrían llevar a las autoridades hasta los propios autores intelectuales y materiales del crimen. Uno de ellos es un documento que está en poder de los organismos de seguridad, según el cual existiría una relación personal entre Herman Wechsler Klahr y Henry Loaiza Ceballos, 'El Alacrán', uno de los cabecillas del cartel del norte del Valle, quien se encuentra detenido en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo de Bogotá.Wechsler Klahr fue el único sobreviviente del atentado, aunque sufrió heridas de consideración. Dos días después de los hechos la Fiscalía General de la Nación encontró méritos suficientes para ordenar su detención preventiva como presunto responsable del homicidio de 'Don Efra' y de Alfredo Haddad Salúan, de quienes era socio en varias empresas. De acuerdo con las autoridades Wechsler, quien también se encuentra recluido en el pabellón de máxima seguridad de La Modelo, es uno de los sospechosos del doble asesinato.Según el documento, Wechsler Klahr se hizo cargo de los gastos de hospitalización de Henry Loaiza Ceballos cuando el 6 de junio de 1992 el presunto narcotraficante fue internado en la Fundación Santa Fe de Bogotá para ser sometido a una cirugía después de resultar herido en una pierna. Al parecer a 'El Alacrán' se le disparó accidentalmente su pistola cuando celebraba su cumpleaños en su finca en Venadillo (Tolima).Inicialmente fue atendido en el hospital municipal de Venadillo, luego trasladado a la Clínica Tolima de Ibagué y después, por recomendación de los médicos, a la Fundación Santa Fe, donde permaneció hasta el 8 de junio. De acuerdo con certificados del centro hospitalario, Wechsler Klahr canceló la suma de 1.108.542 pesos, de los cuales cerca de 350.000 fueron por derechos de sala de cirugía y un poco más de 250.000 por suministro de drogas.Otros gastos originados durante la permanencia de 'El Alacrán' en el centro hospitalario fueron cubiertos por el propio Loaiza Ceballos con su tarjeta de crédito Diners número 36536796651009, la cual se venció en diciembre de 1992 y no fue renovada."Ese hecho, sin embargo, no significa que necesariamente alguna de las dos personas tenga algo que ver con el asesinado de Efraín Hernández y Alfredo Haddad", dijo a SEMANA uno de los investigadores del caso.De acuerdo con funcionarios de los organismos de seguridad, en el asesinato de 'Don Efra', ex esposo de la modelo colombiana Sandra Murcia, detenida en París con 5,5 kilos de cocaína, las autoridades siguen trabajando la versión según la cual en la escena del crimen habría estado presente una cuarta persona, al parecer un joven antioqueño, quien en los últimos años le venía manejando las cuentas y los negocios al presunto narcotraficante. Las autoridades no descartan que esa persona haya sido quien disparó contra sus tres acompañantes. Todo indica que se trata del mismo hombre que horas después fue muerto, al parecer, por gente de confianza de 'Don Efra'.De cualquier forma los nuevos indicios contribuyen a alimentar el misterio en torno a uno de los hombres más enigmáticos del narcotráfico en Colombia. Las propias autoridades creen que no va a ser fácil poder armar el rompecabezas de su muerte. No obstante, consideran que estas dos nuevas pistas ayudarán a esclarecer el crimen.

MISTERIOSO ASESINATO EN LA HACIENDA
La muerte a tiros de Efraín Hernández confirma que los nuevos carteles están enfrascados en una lucha por el poder.
Fecha: 12/09/1996 -758
El jueves de la semana pasada a las 4:40 minutos de la tarde Germán Wessler, un comerciante caleño descendiente de rumanos, de aproximadamente 42 años, salió del ascensor del cuarto piso del centro comercial Hacienda Santa Bárbara, al norte de Bogotá, caminó cerca de 10 pasos y herido en su hombro izquierdo le dijo a la mujer que prestaba vigilancia en el piso, "Por favor, ayúdeme que me acaban de hacer un atentado".La mujer, bastante impresionada, lo tomó del brazo y juntos regresaron a la oficina F-402, donde encontraron los cuerpos sin vida de Efraín Hernández Ramírez y Alfredo Addad Salván. El primero de ellos tenía tres tiros en el pecho y el segundo uno en el corazón. De acuerdo con las autoridades, los hombres fueron asesinadas con una pistola automática calibre 45 con silenciador.Una vez en la oficina, a la que sólo se puede ingresar con un carné personal, Wessler se dirigió al baño, se lavó las manos, porque las tenía ensangrentadas, y se secó con una toalla. Luego tomó un maletín de cuero que estaba sobre el escritorio y metió en él todos los papeles que estaban regados tanto en el piso como en el escritorio. Con mucha tranquilidad cogió el teléfono y llamó a su médico personal en la Clínica Fundación Santa Fe, que queda justo frente al centro comercial. "Estoy herido. Espérame que ya salgo para allá", fue lo único que le dijo poco antes de salir de la oficina con el maletín entre sus manos. Wessler bajó hasta el sótano, prendió su automóvil y se dirigió de inmediato al centro asistencial, al que llegó pocos minutos después.Allí lo esperaba su médico de confianza, quien de inmediato lo subió a una camilla y lo llevó hasta la sala de urgencias. A los 15 minutos llegó su esposa a la clínica. A ella fue la única persona a la que le entregó el maletín. Cuando la Fiscalía le preguntó a la mujer por el destino final del maletín ella respondió que, por encontrarse en estado de shock desde que supo del atentado a su esposo, "no recuerdo a quién se lo di".Al ser interrogado por las autoridades acerca de los posibles móviles del atentado así como de las circunstancias en las que se presentó, Wessler dijo que en momentos en que estaba reunido con Hernández y Addad vio una sombra, una especie de bulto que se movía entre las cortinas y que de un momento a otro empezó a disparar de forma indiscriminada y que él se salvó porque se hizo el muerto.Amor y desgraciaLa insistencia de las autoridades por conocer la suerte que tuvo el misterioso maletín se debe a que en él podrían hallarse las claves para descifrar el asesinato de Efraín Hernández, conocido como 'Don Efra', uno de los hombres a los que las autoridades ubican dentro del que podría considerarse el 'segundo piso' en el mundo del narcotráfico en Colombia. Estas personas son aquellas que están justo debajo de los grandes capos y cuya fortuna está entre los 100 y los 1.000 millones de dólares. Hernández, quien venía siendo requerido por la Fiscalía General por el presunto delito de narcotráfico, habría sido uno de los primeros en usar plata de la droga para montar un emporio industrial. Debido a su bajo perfil 'Don Efra' era un hombre relativamente desconocido, hasta que en septiembre pasado su nombre pasó a ocupar las primeras páginas de los diarios gracias a que su ex esposa, la top model colombiana Sandra Murcia, había sido detenida en París con 5,5 kilos de cocaína.El matrimonio de 'Don Efra' con Sandra Murcia acabó con la tranquilidad que venía disfrutando este ex policía de 50 años, nacido en la isla de Providencia, en la Costa norte del país. Al desposar a la modelo no sólo despertó la envidia de sus amigos sino que agudizó el olfato de las autoridades, las cuales empezaron a husmear en sus cuentas bancarias y en sus múltiples propiedades. Así fue como descubrieron su inmensa fortuna, establecida mediante una compleja red de testaferros.Una de las personas de confianza que más disfrutó de esas garantías otorgadas por 'Don Efra' fue la propia Sandra Murcia. Las autoridades encontraron, por ejemplo, que una cuenta corriente en un banco de la Avenida Pepe Sierra de Bogotá, cuya titular era la bella modelo, movió en diciembre de 1994 la suma de 1.000 millones de pesos. Todo ese dinero, obviamente, pertenecía a Efraín Hernández. Lo mismo sucedía con más de 50 predios ubicados en esa exclusiva avenida del norte de la capital. "Era un enfermo por comprar lotes y locales", dijo a SEMANA una persona con quien llegó a negociar."En el mundo hay dos clases de personas: las que venden y las que compran. Yo soy de las que compran", decía 'Don Efra' a sus amigos.De acuerdo con documentos encontrados en varios allanamientos, 'Don Efra' era dueño de empresas como Doraves Ltda., Malcon Ltda., Inversiones Santa Ana Ltda., Inmobiliaria Santa Teresita, Construcciones Miramar Ltda., Vehículos y Repuestos Santa Bárbara, Inversión para el Desarrollo, Pollos Gus, Hotel Maryland, Comercializadora Lumelco y una cadena de panaderías en Cali y Bogotá, entre otros.Generoso y despiadadoPero 'Don Efra', así como era generoso a la hora de regalar, también era despiadado a la hora de cobrar. A Sandra Murcia le tocó vivir las dos situaciones. Ella lo conoció el día en que le vendió un anillo de diamantes en 150.000 dólares. El lo compró con el único propósito de regalárselo a la modelo. Mientras fueron esposos no hubo antojos materiales de Sandra que el supuesto capo no estuviera en capacidad de satisfacer. Llegó a regalarle tres carros para su uso personal: un Mercedes Benz, avaluado en 70 millones de pesos; un BMW 325 cabriolet, de 60 millones, y una camioneta Mazda.Al separarse ella vendió los tres automóviles en 50 millones de pesos, que le fueron pagados en efectivo. Cuando se enteró de lo que acababa de hacer su ex esposa, 'Don Efra' fue hasta donde el nuevo propietario de los vehículos y le dijo: "Yo soy la persona que le regaló esos carros a Sandra Murcia. Aquí tiene los 50 millones de pesos que usted pagó por ellos. Me hace el favor y me los devuelve porque son míos". "¿Y qué pasa si yo no se los quiero devolver?" le contestó el hombre. "Pues que me ahorra el trabajo de tener que pagárselos y lo mando a matar" fue la respuesta que obtuvo. En menos de media hora los tres carros volvieron a manos de 'Don Efra'.Otro episodio que dio mucho de qué hablar en Cali fue la celebración de los 15 años de su hija en el Hotel Intercontinental hace cerca de tres años. A ella asistieron invitados de todo el país y fue amenizada por orquestas nacionales e internacionales, entre ellas Carlos Vives y su grupo La Provincia. Una fiesta similar organizó en un tradicional hotel de Bogotá cuando se casó con la ex reina del Guainía Marcela Serrano después de separarse de Sandra Murcia. Con ella viajó al exterior cuando su situación jurídica en el país empezaba a complicarse.El temor de ser capturado por un organismo internacional lo obligó a regresar a Bogotá a mediados de este año. Investigadores consultados por SEMANA dijeron que la otra razón que tuvo 'Don Efra' para regresar fue la de ponerse al frente de todos sus negocios porque, al parecer, muchos de sus testaferros estaban abusando de su confianza. La última referencia que los colombianos tuvieron de 'Don Efra' fue el pasado 3 de octubre cuando el ex procurador Orlando Vásquez Velásquez, poco antes de rendir indagatoria ante la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema, declaró a los periodistas que la campaña al Senado del ahora fiscal, Alfonso Valdivieso, recibió un cheque de 2.700.000 pesos provenientes de una empresa del presunto narcotraficante.¿Quién lo mató?Uno de los primeros sospechosos de la muerte de 'Don Efra' fue Germán Wessler. Aunque inicialmente la prueba del guantelete, practicada para saber si había rastros de pólvora en sus manos, pareció comprometerlo, ella no fue definitiva. Por esa razón los investigadores ordenaron que Medicina Legal practicara la prueba de absorción atómica, un procedimiento científico que no dejará dudas sobre su presunta responsabilidad. A favor de Wessler está el hecho de que la herida que tiene en su hombro reviste cierto cuidado, ya que pudo llegar a comprometer el corazón, con lo cual se podría descartar la posibilidad de que él mismo se hubiera disparado para confundir a las autoridades.Los organismos de seguridad creen que la muerte de 'Don Efra' está relacionada con los ajustes de cuentas que se están dando entre grupos de narcotraficantes luego de la muerte de Pablo Escobar y del encarcelamiento de la cúpula del cartel de Cali. Esos enfrentamientos serían producto del reacomodo de los nuevos jefes y de la inestabilidad del negocio.Aunque los investigadores no descartan que detrás del atentado esté el llamado 'Hombre del Overol', Orlando Sánchez, o algunos jefes del cartel del norte del Valle, al final de la semana cobraba mucha fuerza la teoría según la cual un hombre de Medellín, joven, perteneciente al grupo de personas que recogió los restos que había dejado el cartel de Medellín, habría sido uno de los que participó en el asesinato. Al cierre de esta edición las autoridades trataban de averiguar si era el mismo hombre que horas después fue muerto en Bogotá por gente de confianza de 'Don Efra'. Ese hecho ha generado una enorme inquietud en Medellín. Lo cierto es que son tantas las hipótesis que existen en torno al asesinato que no es difícil predecir que el misterio que rodeó a 'Don Efra' en vida pueda ser el mismo que lo acompañe después de su muerte.

AMISTADES PELIGROSAS
LA SUPUESTA CONEXION MINDEFENSA - PERAFAN REVIVE LA POLEMICA SOBRE COMO DEFINIR QUE ES ACEPTABLE EN UN NARCOPAIS.
Fecha: 02/24/1997 -769
Esta vez le tocó el turno al nuevo ministro de Defensa, Guillermo Alberto González. No había sido firmado el decreto de su nombramiento cuando los medios comenzaron a hablar de la conexión Perafán. Desde entonces González se ha dedicado a explicar que, efectivamente, tuvo una relación social con Justo Pastor Perafán, oriundo como él, del Cauca, antes de que fueran públicos sus antecedentes delictivos. En el episodio terció hasta el embajador norteamericano Myles Frechette, para quien, de ser ciertas las acusaciones contra González, el gobierno estaría cometiendo el absurdo de dar un 'papayazo' en momentos en que el palo no está como para cucharas.Sin embargo, hasta ahora nadie ha encontrado en este caso nada diferente de la confirmación de la relación social reconocida por el nuevo Ministro. Todo indica que, si bien se han visto en varias ocasiones, nunca han tenido vínculos comerciales de alguna clase. El debate gira ahora alrededor de si tiene o no implicaciones el que un ministro de Defensa haya tenido en el pasado una relación, así sea puramente social, con alguien de quien se pudo establecer posteriormente que era un delincuente.Este capítulo, sin embargo, es solamente uno más en la telenovela de 'amistades peligrosas' que se ha vuelto parte de la vida cotidiana de los colombianos. González no ha sido el primer señalado acusadoramente por haberse visto envuelto en una situación como esta, ni será el último. Sin embargo, su caso abre nuevamente el debate sobre cómo establecer el límite entre lo que es aceptable y lo que no lo es en el narcopaís en que se ha convertido Colombia. En el caso de Perafán han sido muchos los personajes de la vida pública que han sido salpicados por estrechar su mano. Este entrador hombre de negocios se hizo conocer de muchos empresarios, alojó a numerosos personajes en su hotel Chinauta Resort y también financió a varios políticos. Apareció en fiestas sociales de alto nivel con personalidades de la talla del ex presidente Víctor Mosquera y Maruja Iragorri. También trató de colarse en una gira de importantes empresarios organizada por el entonces ministro de Comercio Exterior Juan Manuel Santos al Oriente. Hasta al vicepresidente Humberto de la Calle trataron de meterlo en el paseo a través de una carta en la cual él supuestamente agradecía un aporte económico de Perafán.El narcodominó se juega de muchas formas. La más popular es quizá la de las fotos. Muchos se entusiasman cada vez que aparece una foto de un personaje de la vida nacional con un narco. El ex presidente Pastrana resultó fotografiado con Iván Urdinola, quien lo abordó en un aeropuerto y le pidió posar con él. Saulo Arboleda, Julio César Turbay Quintero y José Fernando Castro Caycedo fueron víctimas de un paparazzi en una comida en la casa de Santiago Medina con el presunto narcotraficante Guillermo Ortiz. El propio presidente de la República Ernesto Samper apareció abrazando a la 'Monita retrechera' en la famosa foto que acabó convirtiéndose en uno de los símbolos del proceso 8.000.La mayoría de estas fotos son tomadas cuando el narco es anónimo y se explotan tan pronto salta a la fama. Todo narco antes de serlo fue emergente y antes de ser emergente fue desconocido. Esto lleva a que el nivel de gravedad de una foto dependa más de la fecha que del propio personaje. Los políticos, que siempre necesitan plata para sus campañas, soñaban con amigos emergentes que no fueran narcos. Sin embargo, como casi todos los emergentes resultaron narcos, muchos de ellos acabaron enredados. Hasta el fiscal Alfonso Valdivieso pisó una cascarita durante su campaña al Senado. Detrás de una donación de un comerciante resultó estar, una compañía del asesinado narcotraficante Efraín Hernández, conocido como 'Don Efra' a quien el Fiscal ni siquiera conoció.La conexión con un narco puede aparecer accidentalmente y por cualquier lado. Hasta en una dedicatoria de libro como la que le encontró el Bloque de Búsqueda a Tulio Enrique Murcillo, hoy llamado a juicio por testaferrato, firmada por Ernesto Samper en el libro "Querido Ernesto".Pero no siempre se cruza un político con un narco por accidente. En algunas zonas del país esto se vuelve inevitable, aun con conocimiento de las circunstancias. En Leticia el dueño del pueblo era Evaristo Porras. Desde la perspectiva local, Porras es más un benefactor que un delincuente. No es posible vivir allá sin cruzarse con él. Esa convivencia le salió cara al senador Rodrigo Turbay, hoy secuestrado, y a Jorge Eduardo Gechen. Por aparecer fotografiados en un acto político al lado de Porras, el entonces candidato Ernesto Samper y su fiscal ético decidieron que era necesario aplicarles la pena máxima: la expulsión del Partido Liberal.Todo lo anterior demuestra que en Colombia, sin duda alguna, ha habido bastante cacería de brujas. Hasta hace poco era difícil saber quién era narco o cuándo se había vuelto. Sin embargo el único caso en el cual nunca cupo ni la más mínima duda fue en el que dio origen al proceso 8.000: el del cartel de Cali y la campaña de Ernesto Samper. No existe un solo colombiano que en 1994 no tuviera perfectamente claro quiénes eran Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. N


CUENTAS PENDIENTE

La 'vendetta' desatada entre el cartel del norte del Valle del Cauca y la organización de 'Pacho' Herrera cobra hasta hoy la vida de 70 personas.

REVISTA SEMANA
Fecha: 11/29/1999 -913

Ha sido una guerra sin cuartel. Las cifras así lo demuestran: 70 asesinatos en menos de un año. Han caído abogados, testaferros, socios, guardaespaldas y familiares. Una lucha que tiene dos contrincantes: el clan de Helmer 'Pacho' Herrera y los narcos del norte del Valle del Cauca. La exterminación entre los dos bandos comenzó el 6 de noviembre del año pasado cuando Herrera fue asesinado en la cancha de fútbol de la cárcel de máxima seguridad de Palmira. En ese ajuste de cuentas, 12 horas después del crimen, otras tres personas cercanas al tercer hombre del cartel de Cali fueron asesinadas en una céntrica calle de la capital del Valle. A partir de ese momento el enfrentamiento entre los dos bandos no ha tenido un minuto de tregua. José Manuel Herrera vengó la muerte de su hermano, 10 días después, en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo en Bogotá. El hermano menor del clan Herrera, quien es parapléjico, acribilló de seis tiros a José Orlando Henao Montoya, en noviembre del año pasado. El arma la había escondido en un compartimiento de su silla de ruedas. Henao, considerado por las autoridades como el verdadero 'Hombre del overol', y cuñado de Iván Urdinola, señalado por la justicia como el jefe del cartel del norte del Valle, se había entregado en septiembre de 1997. Muertos 'Pacho' Herrera y Orlando Henao, se desató un visceral enfrentamiento entre los subalternos de los dos bandos para establecer quién se iba a quedar con la supremacía de la organización del norte del Valle. Las vendettas no se hicieron esperar. Los muertos se contaron por docenas. Y en medio de ese ajuste de cuentas apareció un nombre que hoy todavía las autoridades no han podido establecer a quién pertenece. Se trata de 'Varela', conocido por su cercanía a Henao Montoya y uno de sus hombres de confianza en el manejo de su seguridad. 'Varela', de acuerdo con los informes de Inteligencia, optó por una estrategia de mano dura y ordenó a sus hombres 'liquidar' a todas aquellas personas cercanas al grupo de Helmer Herrera. Desde ese momento los hombres de 'Varela' han cumplido al pie de la letra el mensaje de su jefe. En las calles de Cali y Bogotá, así como en las cárceles, han sido asesinadas 33 personas de la organización de Helmer Herrera. Uno de los casos más sonados fue el crimen de Guillermo Villa Alzate, quien se desempeñó como procurador delegado para la Policía Judicial y que fue retirado de su cargo cuando se le comprobó, a través de unas conversaciones telefónicas que fueron interceptadas por los organismos de Inteligencia, sus nexos con el cartel de Cali .Villa Alzate fue uno de los abogados de 'Pacho' Herrera. A comienzos de mayo pasado un sicario que se movilizaba en una moto acabó con la vida de polémico ex procurador en un popular sector al oriente de Cali. Un mes antes _15 de abril_ había recuperado su libertad después de haber pagado las dos terceras partes de la condena que le impuso un juez regional que lo halló culpable del delito de enriquecimiento ilícito. Después del asesinato de Villa Alzate la guerra se recrudeció. El bando de Herrera también decidió apretar el gatillo a varios de los más cercanos colaboradores de 'Varela'. De los 70 muertos que ha dejado el enfrentamiento entre las dos bandas, 30 de ellas hacían parte de la organización de Henao Montoya. El resto _40_ de los antiguos socios y aliados de 'Pacho' Herrera. Las dos últimas muertes se produjeron hace dos semanas. Esta vez el turno fue para los abogados. Uno de ellos fue Vladimir Ilich Mosquera, una de las personas más cercanas a 'Pacho' Herrera. El crimen ocurrió el pasado 10 de octubre en una de las principales vías de la capital vallecaucana. Mosquera, además de ser abogado personal de Herrera, también era uno de sus principales testaferros. Según las autoridades su muerte se originó por una caleta en la cual están almacenados cerca de 20 millones de dólares. Los enemigos del grupo de Herrera decidieron que en esta guerra no sólo debían caer las personas cercanas al extinto cabecilla del cartel de Cali sino que además había que recuperar su gran fortuna. Gran parte de ella, de acuerdo con las autoridades, está guardada en caletas y de su ubicación son muy pocos los que conocen esa información.El último eslabón de esa pugna a muerte entre los narcos caleños fue el asesinato del abogado José Fernando Lopera, quien cayó bajo las balas de sus enemigos dos días después del asesinato de Mosquera.Algunos de los más cercanos colaboradores del clan Herrera decidieron poner pies en polvorosa. La vendetta desatada por 'Varela' se llevó por delante a otro de los hermanos: Alvaro Herrera Buitrago, asesinado en septiembre pasado. Y hace tan sólo dos semanas William Herrera se salvó de un atentado cuando estaba a punto de llegar a su casa. Las autoridades descubrieron en una caleta cerca de cinco millones de dólares. William Herrera fue detenido bajo los cargos de enriquecimiento ilícito. Por ahora todo parece indicar que las cuentas no están saldadas y que correrá mucha sangre antes de que vuelva a reinar la paz entre dos grupos que en el pasado fueron señalados de los atroces crímenes que se cometieron en el norte del Valle y cuyo único testigo fue el río Cauca, cargado de cadáveres mutilados.


Ojo por ojo

Asesinar a Víctor Patiño era el objetivo del clan de los hermanos de ‘Pacho’ Herrera en su guerra con el cartel del norte del Valle, cuando pretendió volar la cárcel de Cali.

REVISTA SEMANA
Fecha: 05/07/2001 -988

Las autoridades han comenzado a atar los cabos de lo sucedido el pasado 21 de febrero, cuando los habitantes del barrio Prados de Oriente, en Cali, se llevaron el susto de su vida. Ese dia un pequeño helicóptero, que sobrevolaba a muy baja altura, dejó caer una pesada carga que impactó en el techo de la vivienda de la familia Yotengo, donde estaban dos pequeños. Repuestos del susto, los habitantes del sector no salían de su asombro cuando descubrieron que la carga que había sido arrojada desde la aeronave era una enorme bomba de 100 kilos de explosivos TNT y un dispositivo para accionarla a control remoto. La noticia se regó como pólvora por el sector y en menos de 10 minutos el barrio fue evacuado. Los expertos en explosivos de la Policía asumieron el control. Pocas horas después el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Laureano Villamizar, señaló que había sido un milagro que el artefacto no hubiera explotado. De lo contrario la tragedia que se hubiera vivido en Cali habría sido inmensa.Dos meses después de aquella riesgosa operación del pequeño helicóptero. que además del piloto llevaba dos hombres encapuchados que dieron la orden de lanzar la bomba en el sector del barrio Prados de Oriente, las autoridades ya están sobre las pistas de lo que ocurrió y quiénes son los protagonistas de este nuevo enfrentamiento que tiene todavía a los habitantes de Cali con los nervios de punta.

La clave la tiene un testigo que hace dos semanas se presentó ante la Fiscalía regional en Cali y pidió protección del ente acusador a cambio de revelar todos los detalles del misterioso vuelo del helicóptero HK-1486. Su testimonio le permitió, en efecto, ingresar al programa de protección de testigos. Este hombre, de acuerdo con las investigaciones adelantadas por la Fiscalía y las agencias de Inteligencia de la Policía, fue el encargado de adquirir el helicóptero en la Escuela de Aviación de la capital del Valle del Cauca por la suma de 200 millones de pesos. El clanPero ¿quién mandó comprar el pequeño aparato? Según el testimonio del informante, detrás de esta operación está el hermano menor de Helmer Herrera, más conocido en el mundo del narcotráfico como ‘Pacho’ Herrera, quien fue asesinado en la cárcel de máxima seguridad de Palmira el pasado 6 de noviembre de 1998 cuando jugaba fútbol. En ese entonces José Manuel Herrera Moncada, hermano menor de ‘Pacho’ y quien es minusválido, se encontraba detenido en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo de Bogotá. Allí juró vengar la muerte de su hermano. Ocho días después cumplió su promesa. Una pequeña pistola fue camuflada en su silla de ruedas. Salió de su celda y se dirigió en busca de Orlando Henao, jefe del cartel del norte del Valle del Cauca y quien para la época estaba en guerra con el clan de su familia. Manuel Herrera le disparó a Henao a quemarropa seis veces y éste murió en el instante. Pero el cobro de cuentas no paró ahí. A lo largo de los últimos tres años esta guerra ha sido ojo por ojo, diente por diente. Y se ha vuelto más cruel en los últimos dos meses, después de que un juez dejara en libertad a José Manuel Herrera Moncada, por vencimiento de términos en el proceso que se le adelantaba no sólo por el asesinato de Orlando Henao sino por sus vínculos con el narcotráfico. Según las informaciones suministradas por el testigo que se entregó a las autoridades, Manuel Herrera se alió con su otro hermano, Hellman Edison Herrera, más conocido con el alias ‘Yiyi’. Ellos dos iniciaron una guerra abierta contra los demás miembros del cartel del norte del Valle y principalmente contra su nuevo jefe, Víctor Patiño Fómeque, hoy detenido en la cárcel de Vista Hermosa, en Cali, localizada en el populoso barrio de Prados de Oriente. En estos dos meses de enfrentamientos han caído socios de lado y lado. Y como la guerra es a muerte, los hermanos Herrera decidieron montar la espectacular pero fallida operación del helicóptero. Por esa razón compraron la nave y después de cancelar su valor le solicitaron al dueño de la Escuela de Aviación que les concediera un vuelo de prueba. En la escuela se encontraba ese día el piloto de pruebas Pablo Libardo Bueno Schneider, quien fue asignado para realizar un corto sobrevuelo y así satisfacer a los nuevos propietarios de la pequeña aeronave. Junto al capitán abordaron el aparato dos hombres. Uno de ellos era el actual testigo que está bajo la protección de la Fiscalía. El otro era Layton Giraldo Ruiz Rengifo, más conocido con el alias de ‘Bachiller’ y quien es considerado el jefe militar del clan Herrera.El helicóptero alzó vuelo y dos minutos después ‘Bachiller’ amenazó al piloto con un arma y lo obligó a desviar su rumbo. Tres minutos después, y muy cerca del aeropuerto de Palmaseca, la aeronave aterrizó en una enorme finca conocida como El Desierto y que, de acuerdo con los investigadores, es propiedad de ‘Pacho’ Herrera. Allí los estaban esperando José Manuel Herrera y Gonzalo Toro, otro de los empleados del clan. Montaron dos canastillas de acero que habían sido fabricadas en el taller Los Cuñados, localizado en la calle 42 número 8A-37 de Cali. En las dos canastillas los empleados de los Herrera montaron las dos cargas de explosivos TNT, cada una de 100 kilos de peso. El piloto, que en ese momento se oponía a realizar el vuelo, recibió una mala noticia. Al otro lado de una línea telefónica estaba su esposa, quien le confirmó que junto con sus hijos se hallaba amarrada y vigilada por dos hombres que tenían en sus manos enormes armas que apuntaban a sus cabezas. Sin más remedio, el capitán Bueno Schneider aceptó pilotear la aeronave. Listas las canastillas con los explosivos, abordaron el aparato dos hombres: ‘Bachiller’ y Toro. Pero en el momento de decolar el pequeño helicóptero no pudo despegar por el peso. “Entonces se decidió bajar una de las canastillas con una carga de 100 kilos de explosivos y dejar sólo la canastilla que estaba en el costado del piloto”, contó a las autoridades el testigo protegido. Minutos después despegaron y se dirigieron hacia Cali. Luego tomaron hacia el oriente en busca de la cárcel de Vista Hermosa. Cuando se estaban aproximando el piloto recibió la orden de perder altura. ‘Bachiller’, quien tenía el control de la carga, cortó con un cuchillo las manilas que la sostenían cuando vio que estaban prácticamente encima del penal. A medida que la carga bajaba, el helicóptero recuperó altura. ‘Bachiller’ llevaba en sus manos el dispositivo para hacer explotar la bomba. Pero éste no respondió cuando fue accionado. Como la misión había fracasado los hombres de Herrera le dieron la orden al piloto de aterrizar en un potrero no muy lejos de donde cayó el explosivo y desaparecieron del lugar. “Si la bomba hubiera explotado por lo menos hubiera habido en Cali unos 2.000 muertos”, señaló a SEMANA uno de los expertos en explosivos que conoció el caso.Después de la fallida operación se han presentado otros ajustes de cuentas. Esta vez las balas del clan Herrera se han dirigido hacia quienes conocían la operación de hacer volar en mil pedazos la cárcel de Vista Hermosa. Uno de ellos fue un técnico de la Escuela de Aviación. Otras tres personas están amenazadas de muerte. Y, de acuerdo con el testigo, el clan Herrera no descansará hasta cuando exterminen a sus antiguos socios del cartel del norte del Valle. Estos, a su vez, también han enviado sus mensajes y los dos clanes tiene en claro que la guerra va para rato.

Conversaciones con la mafia

Un grupo de los narcotraficantes mas pesados le ofrecen al gobierno someterse a la justicia. 'Rasguño' es el hombre clave.



Fecha: 04/20/2003 -1094
Cuando todo el mundo pensaba que sólo había diálogo con los paramilitares un grupo de narcotraficantes, que bien puede ser la última mafia organizada que queda en Colombia, ha comenzado a explorar con el gobierno la posibilidad de someterse a la justicia. De llegar a concretarse la negociación se podría paralizar una parte importante del negocio de drogas ilícitas que hoy financia a chorros a la guerrilla y a los paramilitares.El hombre clave que viene adelantando este proceso es Hernando Gómez Bustamante, de 43 años, alto, fornido y con una cicatriz en una mejilla, de la que le viene el apodo de 'Rasguño', como lo conocen en el mundo del narcotráfico, en el que ha hecho carrera durante 25 años.


Ha residido casi toda su vida en Cartago, al norte del Valle del Cauca, desde donde siempre administró sus negocios ilícitos. Durante años, además, fue una figura conocida en la región, frecuentaba reuniones sociales y recorría las calles de la ciudad. También ha manejado sus enormes fincas ganaderas y ha tenido grandes negocios de venta de carne a supermercados y tiendas a nivel nacional. Pero hace unos cuatro años su mala fama cogió fuerza y se pasó a la clandestinidad. Hoy no se sabe dónde vive. Hasta ese sitio, "en las montañas de Colombia", como él dijo a SEMANA, llegó un alto funcionario del gobierno a escuchar sus argumentos. El encuentro, un primer paso para que 40 narcotraficantes de peso se puedan someter a la justicia colombiana, ocurrió hace menos de un mes entre Villavicencio y Puerto López, en el Meta.Los contactos comenzaron cuando un grupo de narcos, liderado por Gómez, le propuso al gobierno de Alvaro Uribe cinco cosas: acabar con lo que las autoridades han denominado el cartel del norte del Valle; desmontar el tráfico de drogas ilícitas que controla este cartel; pagar sus penas en cárceles colombianas supervisadas por el gobierno de Estados Unidos; entregar sus bienes sin el largo proceso de extinción de dominio y pagar multas millonarias en dólares. Y con todo esto quedar a paz y salvo con la justicia. El proceso estaría además bajo la supervisión del Observatorio Geopolítico de las Drogas de París. El facilitador de esta propuesta ha sido monseñor Hernán Giraldo Jaramillo, obispo de Buga y, aunque el acercamiento de los narcos a la justicia es comparable a una peregrinación, monseñor no ha desfallecido desde que los capos le pidieron que mediara entre ellos y el gobierno.El voceroLa docena de personas que consultó SEMANA acerca de este nuevo proceso de sometimiento a la justicia por parte de este temible grupo de narcotraficantes parecen estar de acuerdo en un punto: nadie mejor que 'Rasguño' podría liderarlo. Es que su poder nació de la propia mafia. No lo cosechó como Pablo Escobar, sembrando el terror contra la población, ni como los hermanos Rodríguez Orejuela, con la penetración del poder político, sino que se deriva del hecho mismo de ser uno de los más grandes narcotraficantes. Precisamente aprendió del negocio al lado de José Orlando Henao Montoya, considerado por la DEA el capo de capos del norte del Valle y que fue asesinado el 5 de noviembre de 1998 en la cárcel La Modelo de Bogotá.Pero el solo hecho de ser un gran traficante no lo hace un vocero representativo. Gómez Bustamante logró convertirse en el único hombre en quien todos confían para solucionar sus problemas. Y eso en un cartel con una larga historia de traiciones y guerras intestinas es raro."Es el único que ha logrado pacificar la zona y evitar una guerra entre los narcotraficantes del norte del Valle y de Cali, le dijo a SEMANA un oficial de inteligencia de la Policía. Por lo que sabemos, lo respetan porque ha logrado parar desde 'vendettas' personales hasta líos de negocios de droga". Se ha ganado el respeto en el bajo mundo por ser una especie de 'pacificador', pero también porque logró convencer a dos fiscales estadounidenses de venir a Colombia para reunirse con él como vocero de los narcos.El primer encuentro con los fiscales estadounidenses tuvo lugar en el Hotel Hilton de Cartagena en diciembre de 1999. Desde el sur de la Florida viajó la fiscal Teresa Van Vliet, quien llevaba en ese entonces el caso de la Operación Milenio -la gran redada policial contra narcotraficantes y lavadores de dólares de fines de los 90- y traía el aval del Blitz Committee, un organismo con sede en Washington del que hacen parte las agencias federales (CIA, FBI, DEA, Aduana e Inmigración).Dos agentes de la DEA, entre ellos Paul Crane, quien reunió las pruebas para acusar a los del 'Milenio', la esperaban en el aeropuerto Rafael Núñez. El primer saludo con Gómez Bustamante fue en el lobby del hotel, en donde se respiraba un ambiente de confianza. El narcotraficante guardaba un as bajo la manga que le permitía asistir al encuentro. En su poder tenía una carta de inmunidad, gestionada por sus abogados con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la cual le garantizaba que no sería detenido durante su traslado a la reunión, ni durante ella, ni después, en la eventualidad de que lo sorprendieran con una orden de captura con fines de extradición.La fiscal, los dos agentes de la DEA,y el subdirector de esa agencia en Colombia, Javier Peña, cuatro abogados y un traductor simultáneo escucharon a Gómez narrar con lujo de detalles la historia de su vida y su compromiso de colaborar en el desmantelamiento del cartel del norte del Valle, siempre y cuando no fuera obligado a delatar a sus amigos. Eso no les llamó la atención para nada a la fiscal y a los de la DEA porque su interés era que entregara a los grandes capos que él conocía. Por eso de ese encuentro sólo quedó el recuerdo de unas fotografías en las que aparece 'Rasguño' conversando con los funcionarios estadounidenses. "El gobierno gringo no comprendió la grandeza de esa reunión, le aseguró a SEMANA uno de los narcotraficantes que estaba dispuesto a entrar en esa negociación. Si le iba bien a Hernando, nos iba bien a todos, pero decidieron seguir jugando a los espías".En los siguientes dos años 'Rasguño' no volvió a tener un contacto con la justicia norteamericana y fue poco lo que se volvió a saber de él.En diciembre de 2002 Gómez Bustamante se reunió con el jefe de las autodefensas, Carlos Castaño, para discutir con él la forma de explorar una alternativa conjunta y negociar con los paras una entrega 'en bloque'. Pero esta fórmula no fue viable para ninguna de las dos partes. En las AUC hubo inconformidad de mezclarse en una posible negociación con narcotraficantes y éstos, a su vez, se dieron cuenta de que saldrían perjudicados porque los paras habían sido calificados por el gobierno de Estados Unidos como terroristas. Así que la mejor fórmula para 'Rasguño' era intentar hablar de nuevo con la justicia norteamericana. Logró entonces que una segunda fiscal aceptara venir a Colombia a hablar con él y que escuchara otra vez su historia y su ofrecimiento de colaborar en el desmantelamiento de toda la organización: rutas, laboratorios y cultivos. La fiscal Bonnie Klaper programó su viaje desde Long Island hacia Cartagena para el 23 de enero. Con tan mala suerte que tres días antes Gómez Bustamante fue alertado de que iba a ser traicionado y canceló el encuentro. Hasta ese día llegaron los contactos con las autoridades estadounidenses y 'Rasguño' decidió entonces explorar el camino para proponerle al gobierno de Alvaro Uribe una solución definitiva al tráfico de drogas. Ahí fue cuando, en diciembre pasado, a nombre de su grupo de amigos, hizo la audaz oferta de desbaratar el millonario negocio de narcotráfico que manejan y someterse a la justicia colombiana. A principios de este año no parecía que su ofrecimiento sería escuchado. El propio gobierno había dado señales claras de no que negociaría con el narcotráfico al recordarles que la única salida era la contemplada en el Código de Procedimiento Penal. No obstante, con los buenos oficios de monseñor Giraldo, el obispo de Buga, finalmente Gómez logró que el gobierno se interesara en el asunto y enviara hace menos de un mes al Meta a un alto funcionario a explorar con él posibles alternativas.Han sido conversaciones difíciles y, hasta donde pudo establecer SEMANA, aún no ha habido ningún acuerdo. Es más, oficialmente el gobierno niega rotundamente que haya habido este tipo de contactos. Para el gobierno no es simple reconocer ante la opinión pública nacional e internacional que esté explorando el tema, como tampoco será fácil legitimar un eventual acuerdo de sometimiento con un grupo de narcotraficantes como producto de una negociación. Para los jefes del narcotráfico tampoco es sencillo llevar adelante el proceso. Desconfían de una eventual entrega sin el aval del gobierno de Estados Unidos. La extradición de Fabio Ochoa y de Víctor Patiño Fómeque, luego de haber cumplido sus penas en cárceles colombianas, les dejó un sabor amargo y una gran desconfianza en la justicia colombiana. Tampoco será un sapo fácil de tragar para el gobierno de Estados Unidos. Veinticuatro empresas de 'Rasguño' fueron incluidas en la lista Clinton por el Departamento del Tesoro de ese país (aunque 23 de éstas ya están liquidadas desde hace más de cinco años). Y aunque no se conoce públicamente una orden de captura con fines de extradición en su contra, la justicia puede tenerla aún bajo reserva y darla a conocer sólo en el momento de su captura. No obstante las dificultades, de resultar exitosa esta negociación, los efectos pueden ser de gran impacto para el país. Gómez Bustamante es el único hombre que dentro de la mafia tiene la posibilidad y la disposición de convencer a los sucesores de toda una organización delictiva de que se sometan a la justicia y cierren los negocios ilícitos. Además se da la casualidad de que no tiene un solo proceso judicial pendiente en Colombia. Pero la cuestión va más allá. Por los vínculos que tiene hoy este cartel con la guerrilla y los paramilitares, los expertos están seguros de que si esta importante facción de narcos desmontara el negocio los grupos armados quedarían muy desconectados del eslabón internacional del tráfico de coca. Como lo sostuvo una persona cercana a las conversaciones: "Si el gobierno logra en esta oportunidad que los narcotraficantes del norte del Valle se desmovilicen y se entreguen va a ser mucha la plata que le va a dejar de entrar a estos grupos".Falta, sin embargo, que mucha agua corra por debajo del puente. Para empezar, que esta exploración reciba el visto bueno de la opinión y, eventualmente, el aval de Washington; que la unión del cartel tras Gómez Bustamante no se rompa y que, finalmente, se dé, en efecto, un sometimiento real a la justicia de parte de los narcotraficantes, y no, como sucedió en el pasado, termine la justicia sometiéndose a los narcos.Además hay muchos otros narcos, con un perfil más bajo, traficando hoy en Colombia; las conexiones entre narcotráfico y los grupos armados ilegales son profundas y el negocio paralelo del lavado de activos puede tener tentáculos tan extendidos como los del mismo narcotráfico. Estas otras historias están por contarse.

Tierra de nadie

La guerra a muerte que libran dos facciones del narcotráfico tiene sitiados a los habitantes de varios municipios en el norte del Valle. ¿Dónde está el Estado?

Fecha: 05/16/2004 -1150
El pasado 24 de abril Alberto Marín conducía su buseta de servicio público, por la vía de 25 kilómetros que une a Roldanillo con El Dovio en el departamento del Valle del Cauca, cuando varios hombres armados detuvieron el vehículo y sin mayores explicaciones lo asesinaron frente a los pasajeros. Igual suerte corrió José Serna el pasado 11 de mayo. Ambos eran conductores de la Cooperativa de Transportes de Occidente que transita por los municipios de Roldanillo, La Unión, Versalles, El Dovio, Zarzal y La Victoria, rutas que hoy nadie quiere hacer. Desde ese último asesinato los 36 camperos que normalmente recorren 23 veredas y siete corregimientos en estos municipios están parqueados. "Nos amenazan advirtiéndonos que no debemos transitar por la zona si queremos permanecer con vida", relató un conductor que habita en Versalles. Pero aunque los motoristas se atrevieran a poner en marcha sus vehículos no tendrían cómo hacerlo. Desde hace 15 días las estaciones de gasolina de Versalles y El Dovio no venden una sola gota de combustible debido a las mismas amenazas. "Prefiero quebrar antes que morirme", dijo uno de los afectados.
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SEMANA estuvo en la zona y comprobó la zozobra en la que se vive. "Nadie quiere hablar con extraños", dicen sus moradores. A las seis de la tarde la gente se esconde en sus casas dejando las calles vacías. "Es como un toque de queda tácito. El miedo es lo único que pasea por las noches en estos municipios", dice el dueño de una cantina que se ha quedado sin clientes. En la zona rural, que está desolada, cada vez son más las casas abandonadas, y algunas escuelas no están funcionando pues sus maestros se niegan a dictar clases por físico miedo. Pero ¿qué es lo que está sembrando el miedo en esta región en la que, según la Policía, ya han asesinado a 60 personas en lo corrido del año? Entre los habitantes de esta zona es un secreto a voces que la guerra entre narcos está convirtiendo los municipios del norte del Valle en pueblos fantasmas.En el cartel del norte del Valle están enfrentados dos capos: Diego León Montoya, alias 'Don Diego', al mando de un brazo armado de sicarios conocidos como 'Los Machos', y Wilber Alirio Varela, alias 'Jabón', defendido por el temido grupo de los 'Rastrojos'. A estos grupos de delincuentes son a los que se les señala de estar implantando un régimen del terror en la zona.Para el coronel Jairo Salcedo, comandante de la Policía del Valle, el motivo de la guerra es "controlar el cañón del Garrapatas y su zona de influencia, donde está localizado un importante número de laboratorios de producción de coca". La droga es sacada por el río San Juan hasta las costas del Pacífico colombiano y luego, embarcada hacia Estados Unidos.Según el teniente coronel José Guillermo Peña, comandante del Batallón Vencedores de Cartago, estos son dos "grupos de seguridad estratégica del narcotráfico". Para los pobladores de El Dovio, Versalles y los otros municipios son simplemente paramilitares. Este batallón militar, junto con la Policía del Valle, son los responsables de varios operativos exitosos contra estas bandas. En ellos se han desmantelado laboratorios, decomisado fusiles, radios de comunicación, uniformes camuflados, vehículos y precursores químicos para la fabricación de coca.Sin embargo, los habitantes de los municipios dicen que están solos en las zonas rurales y las cabeceras de los municipios. Para ellos la guerra es cada vez más cruenta y perversa ya que además de la pugna entre narcos, los guerrilleros -que no tenían presencia por la zona- están regresando. Esto lo confirman fuentes militares que aseguran que la columna móvil Arturo Ruiz de las Farc envió hombres a la zona y a su vez el frente 47, al mando de alias 'Karina', ha ingresado al norte del Valle por los municipios del Águila y El Cairo. De igual forma el Ejército Revolucionario Guevarista, una disidencia del ELN, ha tenido enfrentamientos con tropas del batallón Vencedores de Cartago.El coronel Óscar Naranjo, director de la Dijin, asegura que estos municipios "se los van a pelear a muerte" pues son estratégicos para ingresar provisiones, armas y químicos para el narcotráfico.Es común ver en las carreteras grupos de personas en camionetas y motos estacionadas haciendo el control de quién ingresa y sale de la zona. La huella de la guerra que se libra se ve reflejada en las señales de tránsito a lo largo de la carretera. De 38 señales que hay en el camino entre Roldanillo y El Dovio, 31 están abaleadas; esto lo entienden los moradores como una advertencia.Aunque algunos alcaldes de la zona tratan de minimizar los hechos en contra de los testimonios de sus habitantes, el temor es evidente. Por ejemplo, la alcaldesa de Zarzal, Ana Cecilia Valencia, fue amenazada de muerte cuando se iba a posesionar en enero. Ella pensó inclusive en renunciar, pero el gobernador Angelino Garzón le dio su respaldo y la Policía le consiguió un carro blindado y seis escoltas. Y aunque cuenta con esta protección, ella prefiere gobernar desde Cali.Para Luis Fernando Morales, alcalde de El Dovio, lo más difícil está por venir. Dice que la gente pasa hambre porque hay desabastecimiento. "Los campesinos no pueden sacar sus productos desde las fincas". Lo más seguro, según dice Morales visiblemente preocupado, "es que el pueblo se rebote y utilice la violencia para manifestarse porque nadie aguanta tanto miedo y tanto sufrimiento. Estamos a merced de la guerra, a menos que alguien nos ayude". Algo que no ha sucedido hasta ahora.

1 comentario:

Hector dijo...

Aquí la cultura del dinero fácil, del casarse con el diablo con tal de vivir mejor. Creo que todos son levantados, el que no ha visto a Dios, cuando lo ve se asusta, de ahí que no lleguen a viejos.
Todo lo que pierde una persona por querer girar en torno del dinero y mal habido.